martes, 9 de agosto de 2011

BARRANQUILLA Y LA IDEA DE PROGRESO


En medio de las transformaciones mundiales alrededor de fenómenos naturales antes impensables, Barranquilla se enfrenta a la consolidación de un ordenamiento territorial que además de resolver los problemas estructurales de ubicación en zonas de altísimo riesgo, proyecte el crecimiento comercial en un escenario de sostenibilidad real y posible.

El gran riesgo de una ciudad que se abruma con la idea de progreso, es que aun hoy 51 años después de haber perdido el dinamismo industrial (Meisel Roca y Posada Carbó, 1993) nuestra visión de progreso esté soportada en el calificativo de “Puerta de oro de Colombia” que en 1946 el presidente Mariano Ospina nos trajera mientras Barranquilla perdía su posición como puerto más importante del país, frente a Buenaventura.
 
Además de los quinientos cincuenta y cinco mil millones del presupuesto propio, el Departamento del Atlántico será nutrido durante los próximos cuatro años con un billón de pesos por concepto de regalías y un billón de pesos más para recuperación del sur, mientras Barranquilla contará con un billón cuatrocientos mil millones de pesos por generación propia más lo que alcance a jalonar de los trece billones de pesos que se encuentran en el fondo para la reconstrucción.    

Ahora, como siempre, Barranquilla ha sido una ciudad de sucesos espontáneos, incluso el crecimiento económico que vivió la ciudad en las décadas de los veinte y treinta del siglo XX, y que aun nos hace soñar en la nostalgia de la utopía al revés, no fue producto de las decisiones de la dirigencia y el empresariado local sino la consecuencia a que Colombia incrementó de manera espectacular el cultivo y la exportación de café, que salía a los mercados de Estados Unidos y Europa a través de la conexión ferroviaria de Barranquilla hasta Puerto Colombia a donde llegaban los vapores bajando por el gran Río Magdalena y por que esta misma vía era utilizada para que entraran a Colombia todas las importaciones provenientes del hemisferio norte, hasta que aparece en el horizonte el puerto de Buenaventura  en la costa pacífica, que en la década de los años treinta logra superar a la conexión de Barranquilla en la cantidad de sacos de café y luego en las importaciones.

Lo que motivara a Luis Eduardo Nieto Arteta en 1950 a decir que, “El destino y el desarrollo local de la ciudad de barranquilla están vinculados al café, como antes pero en una escala menor lo estuvieron el tabaco y la quina.”

Habiendo salido de las angustias del acuerdo de restructuración de pasivos en ambos entes territoriales, estas sumas y la gran capacidad de endeudamiento con que ahora contaran, han de ser grandes motores de una visión distinta a la idea material de progreso que nos ha consumido y que ahora se consolide una nueva sociedad que se inserte fácilmente en la idea de progreso del mundo moderno, es decir, amabilidad en la atención pública, consensos pol como consecuencia a que “scala menor lo estuvieron el tavaco  es decir, amabilidad en la atenci se consolide una sociedad que síticos para el respeto de la autoridad legítimamente reconocida, valoración y dotación de herramientas para los procesos de planificación, evaluación del riesgo y los desastres naturales, fortalecimiento de la visión ambiental local acorde a la tendencia actual del mundo, apoyo permanente entre sectores gremiales, medios de comunicación y público sobre la idea positiva de consolidación económica y proyección del progreso. 

Artículo publicado en el diario LALIBERTAD, Barranquilla miércoles 10 de agosto de 2011 pág. 2 A http://lalibertad.com.co/dia/2011ago10/ed1.html   

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